sábado, 15 de noviembre de 2014

COSTOS LABORALES

El campo principal de las estadísticas del trabajo se refiere a la medición de la población económicamente activa, en particular del empleo y el desempleo. Estos datos generalmente se recaban en una "encuesta de población activa" (EPA). Una de las críticas de la EPA es que incluye sólo a aquellas personas definidas como "en la fuerza de trabajo", lo que significa que son empleadas por un mínimo de 1 hora por semana, o bien, si están desempleadas, están buscando trabajo activamente.

Aquellas que están desempleadas pero que no buscan trabajo activamente no se registran como desempleadas ni como parte de la fuerza de trabajo. Sin embargo, las preguntas complementarias en la EPA puede identificar a aquellas personas que están subempleadas (es decir, actualmente empleadas pero quisieran trabajar más horas) o que son "trabajadores desalentados" (es decir que están dispuestas a trabajar pero no buscan activamente trabajo porque creen que no pueden obtener un empleo).

Las estadísticas de la población económicamente activa, del empleo, del desempleo y del subempleo sirven para una gran variedad de propósitos. Proporcionan medidas de la oferta de mano de obra, de los insumos de trabajo y de la estructura del empleo, y la medida en la que se utilizan el tiempo de trabajo y los recursos humanos disponibles. Esa información es esencial para la planificación del desarrollo macro-económico y de los recursos humanos y para la formulación de políticas.
Cuando se los recaba en diferentes puntos en el tiempo, esos datos constituyen la base para vigilar las tendencias actuales y los cambios en el mercado laboral y la situación de empleo, los cuales pueden analizarse en relación con otros fenómenos económicos y sociales a fin de evaluar las políticas macro-económicas. La tasa de desempleo, en particular, se utiliza ampliamente como un indicador global del desempeño actual de la economía de una nación.

Las estadísticas de la población económicamente activa y del empleo, el desempleo y el subempleo son también una base esencial para el diseño y la evaluación de los programas del gobierno orientados a la creación de empleos, a la capacitación profesional, al mantenimiento de los ingresos, a la reducción de la pobreza y a objetivos similares. La medición de las relaciones entre el empleo, los ingresos y otras características socioeconómicas proporciona información sobre la idoneidad del empleo de los distintos subgrupos de la población, la capacidad de generación de ingresos de los diferentes tipos de actividades económicas, y el número y las características de las personas incapaces de asegurar su bienestar económico sobre la base de las oportunidades de empleo disponibles para ellas.

Se requiere de información sobre el empleo y los ingresos, desglosada por ramas de actividad económica, ocupaciones y características socio-demográficas, para la negociación colectiva, para la evaluación de los efectos de las políticas de reducción de la pobreza sobre los diferentes subgrupos de la población, y para el análisis de las desigualdades étnicas, de género o de edad en las oportunidades de trabajo y en la participación y sus cambios con el tiempo.

Otro campo de las estadísticas laborales supone medir detalles acerca de las indemnizaciones de los trabajadores mediante una encuesta de costos laborales. El costo laboral se define como sigue en la Resolución sobre estadísticas sobre el costo de la mano de obra adoptada por la XI Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (Ginebra, 1966):

Para los efectos de las ESTADÍSTICAS DEL COSTO LABORAL, el costo laboral es el costo en que incurre el empleador por la utilización de mano de obra.

El concepto estadístico de costo laboral comprende la remuneración por el trabajo realizado, los pagos por concepto de tiempo pagado pero no trabajado, primas y gratificaciones, el costo de los alimentos, bebidas y otros pagos en especie, el costo de la vivienda de los trabajadores sufragado por los empleadores, las gastos de los empleadores en seguridad social, el costo sufragado por el empleador por concepto de capacitación profesional, los servicios de bienestar social y conceptos diversos, tales como el transporte de los trabajadores, ropa de trabajo y contratación, junto con los impuestos considerados como costos laborales.

La remuneración de los asalariados tal como se define en el SCN 1968 comprende todos los pagos por parte de los productores por concepto de sueldos y salarios de sus empleados, tanto en especie como en efectivo, y de las contribuciones correspondientes a la seguridad social y pensiones privadas, seguro de accidentes, seguro de vida y planes similares para sus empleados. El SCN 1993 extendió el costo laboral para abarcar también una serie de servicios de bienestar social, como instalaciones deportivas, recreativas y vacacionales, etc. , y otros conceptos diversos (p. ej. la ropa de trabajo que los empleados eligen usar con frecuencia fuera del lugar de trabajo lo mismo que en el trabajo, el transporte hacia y desde el trabajo, el estacionamiento para su automóvil). Así, el costo laboral y la remuneración de los asalariados se han convertido en conceptos estrechamente relacionados.

Por diversas razones, las definiciones nacionales del costo laboral y la remuneración de los empleados a menudo difieren de las definiciones internacionales estándar recomendadas. En algunos países, algunos de los elementos del costo laboral (por ejemplo, el costo total o una parte del costo de la seguridad social y de la formación profesional) no son imputables a los empleadores, sino que representan gastos sufragados por el Estado por razones sociales o de otra índole. No obstante, por regla general el Estado contribuye junto con el empleador y el empleado a financiar los planes de seguridad social relacionados con los salarios, si bien la medida de la participación del Estado, de los empleadores y del empleado varía de un país a otro.

Los impuestos de carácter social pagados por los empleadores se contabilizan en algunos países como costos laborales, especialmente los impuestos de nómina o los impuestos laborales. Los conceptos nacionales del costo laboral también pueden diferir como resultado de las variaciones en las prácticas nacionales con respecto a las pensiones, los planes de seguro de salud o de vida, etc., así como de los impuestos y las subvenciones relacionadas con el empleo.


Algunas de las diferencias en los costos pueden explicarse por el hecho de que en algunos países ciertos costos sociales son financiados mediante los impuestos generales y por lo tanto están excluidos del costo laboral, mientras que en otros son financiados por contribuciones directas por parte de los empleadores.


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